Reflexiones de América Latina

Todos hemos sido testigos del acalorado movimiento alrededor de muchos países, especialmente de Latinoamérica. Movimientos inclinados a re-formaciones, en muchos sentidos, de las estructuras que nos atañen y que organizan la sociedad en la que vivimos. El descontento generalizado que se ha protagonizado en la sociedad es el reflejo inevitable de un sistema que, en su proceso continuo de cambio, no se ha ajustado de la mejor forma al bienestar común de las comunidades, visibilizándose en ellas casos de injusticia y desigualdad.
La vista resistencia a un cambio, a lo largo del tiempo, es común presagio de fuertes transformaciones venideras, que encuentran, regularmente, acogida en reacciones espontaneas y vertiginosas. No son para sorprenderse, por tanto, y resulta totalmente comprensible, los resultados que se han generado y que se han visto durante estos eventos, en exigencia hacia algo distinto, hacia un cambio significativo.
Como dijo Martín Luther King “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. Somos gotas dentro de un vasto océano de personas y de especies, tejedores del largo lienzo de la historia humana. Que todo esto nos recuerde, desde nuestra humilde individualidad como seres capaces de afectar a nuestro entorno, el diario y fundamental ejercicio de la auto observación, de nuestras emociones, nuestra conducta frente a los demás, nuestro camino hacia la Paz, en virtud de ser el reflejo viviente de una sociedad de valores construidas desde sus más profundas simientes, cual abismales y penetrantes raíces capaces de sostener un sólido fuste. Todo cambio comienza desde lo más íntimo de nosotros, y una verdadera transformación en una sociedad, perdura solamente cuando los individuos que la componen son capaces de cambiar junto a este y sostener ese cambio en virtud del nuevo paradigma social. He allí la importancia de nuestros pensamientos, de nuestras acciones, que escalan, a veces imperceptiblemente, cual efecto mariposa, hacia nuestro entorno. Desde una pequeña inquietud, a la materialización de un sueño. Desde una sonrisa, a dar la vida por un hermano.
Es responsabilidad de cada uno de nosotros, desde nuestras más pequeñas acciones, el construir desde todos ese anhelado camino hacia la Paz. Estamos juntos en esto.
Autor: Felipe Astorga.