El Camino de los Ancestros: La ruta del Loa y el “Grupo del Tiempo”

Imagen: Valle Alto Loa Región Antofagasta, fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.

Desde hace unos años, hemos viajado a múltiples lugares con una relevante importancia en términos ancestrales. Al margen de la difusión que se ha realizado alrededor del fenómeno OVNI, —más específicamente del contacto— nos exhiben mundos muy unidos, coexistiendo en una suerte de danza muy dinámica e interesante.

Las experiencias de contacto, generalmente, se han vivido en áreas de gran importancia para los nativos locales.

Los lugares que hemos visitado no son populares, en lo que al fenómeno del contacto se refiere, sin embargo, estando ahí, hemos notado que estos sucesos tienen una existencia casi incuestionable. Y finalmente, ha sido acá donde hemos recibido informaciones—nuevas—muy interesantes que se entrelazan con viejas leyendas que narran las participaciones de los antiguos cosmonautas en nuestro mundo.

Además, –y esto lo hemos recalcado en repetidas ocasiones—varios de estos sitios ya habían sido visitados por grupos de contacto, como es el ejemplo de Patagonia a inicios del presente siglo. Por lo tanto, no somos pioneros en visitar ciertos lugares.

Pero yendo al grano, haremos el ejercicio de trazar un hilo conductor, uniendo a dos equipos de espacios temporales muy diferentes. En nuestro caso, estamos recién iniciando, y puedo anticipar con toda responsabilidad que hemos abierto una caja de pandora.

Contrastaremos los datos que hasta ahora tenemos con el otro equipo en cuestión.

 

El «Grupo del Tiempo»

En la primera década del siglo XXI, un grupo generó bastante controversia, pues muchas de las informaciones –a las cuales he podido acceder por medio de sus informes—habían provocado mucho rechazo, pues rompían con los conocimientos y las formas de trabajo que tenían los clásicos grupos de contacto de aquella época.

Este grupo—y no por nada—se llamó el Grupo del Tiempo, conformado por: Rosibel Palomera, Aurora Zamora, Andrea Palma, Mauricio García, Mauricio Torres, Miguel del Águila, Jorge Rodríguez y Raymond Lodge.

Podría decir con toda seguridad que este equipo hizo honor a su nombre, pues precisamente todas sus experiencias fueron ligadas a la cuarta dimensión la cual, según la ciencia, es el tiempo.

Lo que es más inquietante, leyendo una y otra vez los párrafos de esos informes, es que casi todas las experiencias fueron acompañadas por rastros físicos (imagen 1), muestra de eso, fue una huella que quedó en el árido suelo en condiciones climáticas que debieron haber borrado dicha pisada y con una previa experiencia.

Imagen 1: Huella Alto Loa, fotografía informe Grupo del Tiempo.

Esta muestra sucedió en el norte de Chile, específicamente los alrededores del río Loa, el más largo del mencionado país.

Dentro de las informaciones que ellos pudieron compartir, destaca mucho la presencia en estos lugares de remanentes de viejas civilizaciones extintas—y me refiero específicamente a la Atlántida de Platón—quienes habrían transitado por estos lares.

Por razones que generan más preguntas que respuestas, hemos tomado la posta dejada por un arduo trabajo realizado por los miembros de aquel colectivo.

Sin lugar a duda, toda la labor fue extraordinaria en todos los ámbitos, provocando que hoy tengamos una poderosa base con la cual, contrastar y analizar aquellas informaciones.

Podemos decir que hay un trazado o hilo conductor casi perfecto, sin demasiadas diferencias. Solo se están entregando mayores informaciones y razones deben existir para esto.

El tiempo nos dirá cuales eran los motivos, mientras tanto, avanzaremos con la mayor dicha sobre las bases cimentadas por este grupo.

La Cosmovisión del Área

Es sumamente relevante conocer este aspecto, pues nos dará una cierta impresión de la espiritualidad de los ancestros que recorrieron estas zonas.

Primeramente, es bueno mencionar que las pictografías y petroglifos de esta área tienen diferentes dataciones; se pueden establecer entre el 2.400 – 2.800 AC., en la zona de Taira; y 1.000 al 1.500 DC., en Santa Barbara.

Centrándonos en los más antiguos hay estudios muy interesantes, pues se plantea la hipótesis que serían el primer caso de «arqueoastronomía»; es decir, estos vestigios aparentemente son una representación de la bóveda celeste, lo cual vuelve a este lugar un sitio único en su tipo.

Según relata El Mercurio de Calama, en la edición del 07 de agosto 2018, en la página 15; bajo la guía del arqueólogo José Berenguer (Imagen 2):

«Este lugar es el único sitio de arte rupestre en Sudamérica relacionado con la astronomía. De ahí la necesidad de su protección. Dar a conocer este sitio es el primer paso para valorarlo, lo que conduce a su preservación»

También se destaca la importancia para los grupos caravaneros que transitaban por este lugar, sin olvidar mencionar los sitios rituales que se pueden hallar en el Valle del Alto Loa.

Imagen 2: El Mercurio de Calama.

Una Curiosa «Invitación»

Fue el año 2021, luego de una visita al Valle de la Muerte –O de marte—cuando por las habituales sincronías sucedieron hechos que son casi imposibles de descifrar.

Como hablé alguna vez con una antropóloga, las sincronías en las experiencias de contacto con seres de otras realidades son una suerte de comunicación o guía muy sofisticada, pues para los intereses de estos seres, la cual es la no intervención; se pueden generar ciertas “señales” altamente espontáneas que terminan guiando un viaje. Todo esto a través de mecanismos totalmente desconocidos, un símil a una “mano invisible” que te ubica en un lugar y momento preciso para vivir esta situación.

Yendo al grano. Luego de la visita al lugar antes mencionado, Felipe Astorga en una conversación espontánea le es mostrada una fotografía de un alero (Imagen 3), este presentaba posibles manos con polidactilia, algo que su interlocutora le destacó en total ignorancia de las actividades que realizamos como equipo.

Imagen 3: Fotografía compartida a Felipe usando celular. Créditos a quien corresponda.

Luego del Segundo Encuentro con Amigos por la Paz, realizado en el equinoccio de marzo del 2022, fuimos al lugar para realizar una exploración inicial. Afortunadamente, conocíamos parte de la historia gracias al Grupo del Tiempo mencionado anteriormente. Sin embargo, no logramos hallar nada en nuestra exploración. A pesar de eso, logramos conectar con el área en cuestión y era evidente que no había terminado con nosotros.

Para quienes no tengan mucha experiencia en estos lugares, las huacas constantemente están probando al visitante, —sí, leíste bien—estos sitios parecen que emplearan una suerte de conciencia colectiva ancestral, la cual escanea la intención del explorador. Si la actitud es correcta y llegan las personas idóneas, por motivos desconocidos, informaciones se pueden extraer.

Es así como en noviembre del 2022 aprovechando el fin de semana extendido por los festivos, pudimos ir una vez más a este lugar. Catalina Bolton, Majorie Pinilla, Felipe Astorga y quien redacta; tuvimos el privilegio de poder acceder a la enorme huaca.

Recuerdo una afirmación del libro Trinity: El Secreto Mejor Guardado escrito por Jacques Vallée y Paola Harris. En este libro se dice que la mayoría de las personas tienen una idea equivocada de lo que implica la investigación de campo. Muchas creen que se trata simplemente de llegar al lugar en cuestión y encontrar lo que se busca, pero no es así. La investigación de campo requiere caminar mucho, lo que puede ser agotador y frustrante. Además, es fácil perderse en el camino. La altura y el clima también pueden presentar dificultades, ya que el sol a 3200 metros sobre el nivel del mar emite una peligrosa radiación, la sequedad puede deshidratar; el frío y el viento pueden hacerse intensos durante la noche.

No es fácil realizar estas investigaciones, pero es lo que debemos hacer para hallar la verdad, no la vamos a localizar en el Google o en la Red Social de turno.

Específicamente fueron unas 6 horas de recorrido, bajo un abrazador sol, para poder localizar lo buscado. Igualmente se realizaron prácticas de meditación en el trayecto y durante la noche.

 

La Hermandad de la Mano Roja

Desde unos 5 años hemos investigado un concepto acuñado por el antropólogo George H. Williamson en el libro El Secreto de Los Andes, no es nuevo, sin embargo, ha sido una especie de reflote en esta área del globo. Inferimos que existe un poderoso motivo detrás de esta reapertura informativa. Las huacas se están abriendo a algunos grupos de campo –responsables—para que afloren estas informaciones.

En nuestro estudio, nos enfocamos en la región de la Patagonia chileno-argentina y encontramos datos sorprendentes que dejarían a muchos «helados». Sin embargo, también parece que las regiones norte de Chile y Argentina están fuertemente ligadas a estas informaciones.

Gracias a nuestra colaboración con un equipo de Córdoba, Argentina, liderado por Cristian Ramírez, hemos tenido acceso a las investigaciones que establecen nexos de esta misión en las regiones centro-norte de Argentina. Estos datos fueron presentados en el Webinar Navegando en el Misterio 2022: Tercera Jornada.

Webinar Navegando en el Misterio: Tercera Jornada. Presentación de Cristian Ramírez.

Será acaso que, las leyendas andinas como la interesante novela Pacha Pulai escrita por Hugo Silva, ¿tengan algo que ver con todo esto?

Tal vez las leyendas de gigantes que cuentan las comunidades locales tienen algo de verdad en ellas. Por alguna razón que hemos expuesto en otros artículos, todas estas historias son dejadas en el espacio de la especulación o del imaginario colectivo, lo que hace dudar de la posibilidad de que un suceso real haya sido narrado a lo largo de las generaciones locales.

Es complejo afirmarlo, pero como siempre se dice: «Las leyendas siempre ocultan una historia real detrás».

En cuanto a la hermandad de la mano roja, esta tiene un sello muy característico que se muestra en pictografías o petroglifos de extremidades, tanto superiores como inferiores. Además, cuando hay una huella de polidactilia, el lugar adquiere una gran importancia. Se piensa que las civilizaciones postdiluvianas tenían este rasgo en su morfología, según se menciona en textos sagrados y leyendas.

El rasgo también ha sido resaltado en experiencias de contacto para finalmente guiarnos precisamente a estos lugares y sus motivos tienen.

Alto Loa no es la excepción, pues estas huellas están presentes.

La ubicación exacta de estas pictografías se mantendrá en reserva debido a un acuerdo con las comunidades locales. Esto se debe a la amenaza que enfrentan sus huacas por parte de empresas mineras, los vándalos que dañan estos lugares y los buscadores de fama que no son ajenos a estos sitios. Como los guardianes de estos centros sagrados, contar con su venia es fundamental. Por lo tanto, hemos dado nuestra palabra de mantener en secreto la ubicación exacta de estas pictografías.

No solo encontramos estas marcas, también fuimos testigos de otra pictografía que nos dejó perplejos por sus características. Se trataba de un ser antropomorfo con una enorme cabeza redonda (Imagen 13), similar a las pinturas de lugares como Tassili en Argelia, donde a estos seres se les llama Cabezas Redondas (Imagen 4), o a otros observados en Patagonia.

Imagen 4: «Los Cabezas redondas de Tassili».

 

Las Informaciones

El Grupo del Tiempo hizo mucho énfasis en dos hechos muy particulares. El primero fue la presencia de remanentes atlantes en esta área del norte de Chile, y el segundo fue una extraña mortandad, aunque esto último no fue puntual. También, en sus experiencias, había variados guiños relacionados con el agua.

En dicho trabajo contactaron con los remanentes de viejas civilizaciones perdidas, los cuales, fueron transmitiendo muchos conocimientos que hoy son parte de sus viejos informes.

En este proceso contactaron con un ser, el cual dejó una huella plasmada en el terreno arenoso (Imagen 1). Esto ya sale del terreno onírico pues hay una muestra física al margen de las controversias o visiones escépticas al respecto.

Por nuestra parte, intentamos hacer un trabajo de contacto en la zona, anteriormente nos habíamos conectado accediendo a muchas imágenes de cavernas que coinciden con muchas de las prácticas del grupo antes mencionado.

En la experiencia con estos entes, nos transmitieron información idéntica, aunque con ciertas profundizaciones. Una de ellas fue la inclusión de remanentes de lo que en el esoterismo se conoce como MU, que suele confundirse con la Lemuria del Océano Índico. Además, geográficamente, MU no habría sido un continente, sino más bien un archipiélago del cual la Isla de Pascua fue uno de los espacios abarcados por esta antigua civilización.

Felipe, accediendo a ciertos datos nos comenta que percibió una mortandad en el área, según su experiencia, esta se debió a ciertas incompatibilidades genéticas entre los remanentes y los nativos que habitaban esta zona.

Este punto debemos aclararlo. Según las informaciones que nos han entregado los seres con los que afirmamos tener cierto tipo de interacción, la Hermandad de la Mano Roja tenía como principal objetivo darles una nueva oportunidad a los linajes de las civilizaciones perdidas, específicamente a su genética. Estos supervivientes, antes de ingresar a los retiros interiores, se habrían mezclado con los nativos de las zonas ocupadas.

Todo esto es un avance de temas que profundizaremos en el artículo sobre Patagonia y los Aónikenk, empero, era propicio aclararlo para sentar un contexto que diera cierta claridad al escenario que en tiempos precolombinos se había vivido.

Además, ellos nos dijeron que no se había vivido un episodio complejo como en Patagonia, sin embargo, los sabios de estas comunidades supieron plasmar ciertas pinturas que hacen un guiño a esos episodios.

Y logramos hallar la huella:

Imagen 5: Huellas polidactilares de pies, Alto Loa. Fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.
Imagen 6: Collage edición de huellas usando Lightroom. Fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.

 

Imagen 7: Collage edición de huellas usando Lightroom. Fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.

 

Imagen 8: Edición de huellas usando Lightroom, se enumeran dedos (amarillo izquierdo, naranja derecha). Fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.

Analizando la imagen con variados filtros usando Lightroom (Imagen 6,7 y 8) es difícil determinar si son manos o pies, principalmente debido al largo de sus dedos. Sin embargo, quedan muy pocas dudas sobre la presencia de polidactilia. Tal vez, la extremidad de la izquierda podría ser más debatible, ya que el sexto dedo no está explícitamente marcado.

Lo que genera preguntas inmediatas es el dedo adicional de la huella derecha, porque exhibe una séptima marca. Esto no es extraño, pues un paper antes citado en artículos anteriores, titulado Prehistoric polydactylism: Biological evidence and rock art representation from the Atacama Desert in northern Chile, muestra rastros de polidactilia de siete dedos.

Haciendo conjeturas aventuradas, de ser huellas de pies ¿piensan que tendría que ver con la marca que el Grupo del Tiempo capturó? Es difícil afirmarlo, pero sería un guiño muy interesante, para tenerlo en cuenta sin dudas.

Hay una hipótesis planteada por Luiz Iani, investigador de Brasil. Él menciona que existe una probabilidad de que las huellas de pies señalen sitios por los que pasaron ciertos grupos de la Hermandad de la Mano Roja. Si estas son huellas de pies, entonces se enlaza con afirmaciones entregadas por los entes con los que contactamos, ya que señalaron que el Valle del Loa solo era un lugar de paso.

Bajo estas huellas, pudimos apreciar un enterramiento vacío (Imagen 9) que, según nuestras hipótesis, podría haber sido el de un Yatiri o Chamán sepultado en este sitio. Además, sabemos por las leyendas andinas que toda persona que naciera con polidactilia era descendiente de los dioses. No sería extraño que este hombre/mujer sabia presentara esta anomalía genética.

Empero, no era el único sepulcro, pues pudimos apreciar cuatro fosas vacías en la misma área, cabe destacar que, en otras zonas del largo cañón, pudimos ver otras construcciones artificiales que bien pudieron ser otros sitios fúnebres. Según los arqueólogos los espacios que presentan enterramientos son sin lugar a duda zonas sagradas.

Imagen 9: Enterramiento bajo las huellas polidactilares. Fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.

También pudimos hallar los famosos e infaltables espejos de agua (Imagen 10), que son un elemento muy característico de las huacas. Como ya hemos expuesto en anteriores escritos, es muy difícil determinar las razones exactas de las elaboraciones de estos surcos en las rocas. Pero, en las experiencias de contacto, nos han dicho que existe un nexo muy importante para los usos rituales, aunque no me refiero al consumo de plantas sagradas, sino más bien al agua que vertían en estos agujeros. El lector podrá inferir a qué me refiero.

Se preguntarán por qué les llamé espejos de agua, pues esta es una hipótesis que se maneja actualmente. Se piensa que, al verter agua en estos orificios, permitían apreciar las constelaciones. Esto, sumado a las afirmaciones de José Berenguer con respecto a la definición de arqueoastronomía, me lleva a pensar que el uso de estos huecos era precisamente para poder apreciar los astros, o algo más relacionado…

Imagen 10: «Espejos de Agua» hallados a metros de huellas polidactilares. Fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.

 

Una Historia y su Nexo con el Agua

Según la experiencia de contacto, estos seres nos indicaron que este sitio, y prácticamente toda la ruta del río Loa hacia las altas cumbres, sirvió como una especie de carretera para los remanentes de varias civilizaciones hacia retiros interiores. Estos retiros, a su vez, no estarían precisamente a lo largo de esta ribera, sino que se localizarían en los orígenes del río mencionado. Esto último será parte de una nueva investigación que deberemos realizar en un poco menos de un año, en una fecha ya sugerida por estas entidades.

También a través de las sensaciones se pudo apreciar una mortandad importante, algo que el Grupo del Tiempo ya había destacado. Según sus informes, habrían sido múltiples causas, pero lo que logramos percibir es que una gran mortandad se había provocado por una posible anomalía genética resultante del mestizaje con los grupos nativos que ya circulaban en estos territorios.

Esto habría sucedido después del evento diluviano, es decir, hace unos 15.000 años aproximadamente. Si consideramos las estimaciones del padre Gustavo Le Paige, considerado uno de los pioneros de la arqueología chilena, sacerdote de la orden jesuita, tenía conocimientos de teología, letras, prehistoria, arqueología cristiana, arquitectura y artes; él afirmaba que el ser humano tendría al menos 60.000 años en nuestro continente. Esto hace posible que se diera un mestizaje en esta área.

Además, estos seres nos hicieron hincapié en el agua del río Loa, ya que según ellos tiene características únicas. Creemos que esta agua podría contener la clave para entender por qué este lugar fue elegido como refugio después de los desastres sucedidos.

¿Será acaso que el minius de los apunianos se expresa de una forma especial en estas aguas?

Es una pregunta interesante y que esperamos responder en la próxima expedición.

Aparentemente el líquido de este río no tendría un origen ordinario, sino que surge por importantes influencias geológicas, además nuestros interlocutores nos afirmaron que justo donde se origina este afluente es donde se ubicarían estos retiros.

También nos dieron un dato que podremos confirmar al estar en terreno: la existencia de aleros con pictografías que nos llamarían la atención. Inferimos que pueden poseer algunas escenas sugerentes que enlacen con la información que hemos expuesto. Todo esto es desconocido por el momento.

Por medio de una investigación rápida a modo de chequeo nos encontramos con varios puntos a considerar.

El primero proviene del libro Tierra II escrito por el investigador de origen peruano Ricardo González Corpancho.

«Es evidente en la historia de la humanidad que el culto al agua iba más allá de una ceremonia de bendición a las cosechas, como las que practicaban los incas, o la purificación del iniciado en los primeros bautismos cristianos. Los rituales del agua protegen un conocimiento sobre poderosas energías invisibles.»

«No por casualidad, desde los inicios del contactismo los seres del espacio hicieron especial énfasis en la importancia sanadora del agua.»

«Debo subrayar que Ivika sostiene que el agua en situación de gran confinamiento dentro de rocas y expuesta a ciertos minerales presenta unas cualidades únicas y desconocidas por el ser humano —el lector sabrá hilar esta información con las misiones extraterrestres en los Andes, incluida la instalación de un laboratorio en las entrañas del Huascarán—.»

(Tierra II).

Imagen 11: Imagen del agua. Foto de Pixabay

No es descartable en dicho nacimiento la presencia de algún tipo de instalación de origen apuniana.

También hemos podido verificar que el nacimiento del Loa se genera en el Volcán Miño, un estratovolcán de la región, cerca de Ollagüe.

Como el lector puede apreciar, hay muchísimos datos que lentamente irán enlazando con todo lo que hasta ahora se sabe y nos darán el verdadero valor del surgimiento de estas informaciones. Deben existir poderosos motivos.

También es muy importante un detalle que nos señaló Majorie, 24 horas después de la recepción de mensajes. Ella destacaba un pasaje del libro Taira, el amanecer del arte en Atacama escrito por José Berenguer (Imagen 12).

Cito textual:

“Una señora muy enferma (…) la trajeron en una escalera a los baños de Taira y le hicieron siete baños. Y dicen que la señora se recuperó.

Por eso es que decían que las aguas termales eran medicinales.”

(Rumualda Galleguillos) – Taira, el amanecer del arte en Atacama.

Imagen 12: Portada libro Taira, el amanecer del arte en Atacama escrito por José Berenguer.

 

Esto fue bastante sorprendente, ya que en nuestro supuesto contacto con estos seres, dijeron que las propiedades del agua eran especiales y que tendríamos confirmaciones de ello. Esto nos hace pensar que podremos encontrar nuevos antecedentes de este tipo de historias, o tal vez algo más concreto.

 

Conclusiones Preliminares

Definitivamente la enorme huaca del río Loa tenía algo que transmitirnos, algo que el Grupo del Tiempo ya había trabajado a inicios de la década del dos mil.

Quiero agradecer a los miembros de este equipo, ya que su trabajo ha llegado a nuestras manos y estoy seguro de que ha sido una base sólida sobre la que estamos avanzando para liberar cierta información. Los motivos de dicha desclasificación son un enigma por el momento, pero esperamos determinar las razones por las que estamos accediendo a todo esto en el futuro.

Además, la polidactilia nuevamente ha surgido como un poderoso guiño que desde hace cinco años ha movilizado nuestros esfuerzos—no se confundan, no somos cazadores de esta anomalía—realmente buscamos la historia detrás de estas huellas inconfundibles.

Además, han reaparecido muchas informaciones relacionadas con los remanentes de civilizaciones extintas, pero siempre de manera responsable, con evidencias que van más allá de la especulación y la creencia ciega.

Intentamos pues, entender las razones que nos están llevando a este lugar, y como si fuera poco, surgen datos que tienen que ver con el agua de esta rivera.

Es difícil enumerar todos los elementos que están presentes, pero estamos seguros de que la huaca se abrió para nosotros, no porque seamos especiales o por otras razones ilógicas. Ha sido nuestra actitud, la humildad con la que hemos enfrentado esta y otras tareas, siendo cuidadosos, responsables; confiando en nuestra capacidad y motivación para buscar la verdad, sin importar cuál sea.

Y para terminar, un rastro que había quedado pendiente de líneas anteriores, el ser antropomorfo que acompañaba a los muy probables pies.

Imagen 13: Fotografía editada con Ligthroom, “Cabeza Redonda Alto Loa”. Fotografía Iniciativa Chajnantor usando Nikon 3500.

¿Qué es lo que representa? ¿Será un astronauta como teorizan los que han estudiado Tasilli? ¿Una deidad para estos ancestros? U ¿Otra cosa?

Solo el tiempo nos dirá qué es todo esto, solo sabemos que hemos abierto una caja de pandora.

 

 

 

Imagen 14: fotografía de la derecha, arriba Majorie Pinilla y Felipe Astorga; abajo Catalina Bolton.

 

Imagen 15: En la izquierda superior Felipe Astorga; abajo, Ricardo Gatica; derecha, Majorie Pinilla.

Aún quedan muchas preguntas por responder, hemos dado un paso en esta tarea que ha tenido un grupo como precursor: El Grupo del Tiempo. Veremos qué más surge en el camino.

 

 

Dedicatoria Especial

El 23 de noviembre del 2022 me enteré de una triste noticia. Natalia Calvo había partido desde Gaia hacia la fuente. Había pensado en poner una fotografía de ella junto a una dedicatoria en nuestras redes sociales, sin embargo, recordé algo muy importante.

“Natacha” –como con tanto cariño le decíamos—siempre nos había apoyado, previo y posterior a prácticamente todas las salidas de investigación. Siempre tuvo la atención con nosotros y una linda palabra de aliento para todo el equipo. Todo esto a pesar de no contar con una “espalda” o prestigio que generase un enorme interés y adherencia a nuestro trabajo.

Tal parece que resonaba con un silencioso y muy humilde trabajo de un grupo de muchachitos soñadores que, llevamos el significado de “Chajnantor” a fuego.

Natalia, en honor a eso dedico este trabajo a tu memoria, jamás pude agradecer tu preocupación y atención con nosotros.

Espero junto al equipo, poder cumplir con todo el honor y dicha haciendo justicia a tus palabras de apoyo que mantendremos vivas. Gracias por tanto querida amiga. Dedicaremos cada paso a tu ser, pues siempre nos acompañaste y lo seguirás haciendo.

Quedará pendiente nuestro anhelo de volver a subir el Cerro Uritorco, aquel que nos permitió conocernos.

Hasta que nos volvamos a encontrar…

Fotografía: Primera desde izquierda a derecha Natalie Calvo. «En el Cerro Uritorco donde nos reencontramos» como me lo dijiste.

 

Autor

  • Ricardo Gatica Sanhueza

    Ingeniero informático y experto en automatización QA (Quality Assurance), ha dedicado su vida a la exploración de fenómenos aéreos no identificados. Desde Santiago de Chile, combina su rigurosa formación técnica con una pasión por lo desconocido. Aunque comenzó su trayectoria en grupos de contacto durante su juventud, hoy se define como un explorador crítico de estos fenómenos. Su enfoque profesional, alejado de las interpretaciones fantásticas, lo ha llevado a investigar tanto lugares reconocidos como otros que permanecen en las sombras. ¿Qué hay detrás de estos sucesos? Ricardo afirma con firmeza que una inteligencia se oculta tras el fenómeno, esperando ser comprendida. ¿Quieres conocer más sobre su trayectoria? Visita su biografía completa en el enlace a continuación con éste símbolo: 🔗

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